jueves, 2 de septiembre de 2010

No quiero que el tiempo se pase tan rápido, por favor señor relojero... le pido que no cuente segundos, los hipopótamos son mucho mejor; y si las horas en vez de ser veinticuatro serían cincuenta, nadie estaría tan apresurado. Si los años fueran más largos y no envejeciéramos tan de prisa; el amor duraría más, los viajes serían más relajados y los amantes podrían verse más seguido.

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