Cantar en la calle Corrientes a los 16, no está nada mal.
A pesar de la sorpresiva y cagadora laringitis, canté igual. Fue linda la sensación de generar sonrisas entre el público, no sé si por mi voz de Adriana Varela o por mi actuación muy infantil.. me gustó ser aplaudida y ver a mis compañeros de concurso llorar de la alegría; me gustó la onda y el poder estar ahí. Gracias a los que me acompañaron, a los que se quedaron durmiendo en su casa, a los que me mandaron mensajitos, a los que no, a los que no me llamaron y a los que no se acordaron de mí tambien, viva el té con miel y las gárgaras de ouzo. Los quiero mucho ché !
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