viernes, 8 de junio de 2012

cuando aparece Louis

a todo esto, Louis ha escondido el vaso, tiene un pañuelo fresco en la mano, y entonces le vienen ganas de cantar y canta, pero cuando Louis canta, el orden establecido de las cosas se detiene, no por ninguna razón explicable sino solamente porque tiene que detenerse mientras Louis canta, y de esa boca que antes inscribía las banderolas de oro crece ahora un mugido de ciervo enamorado, un reclamo de antílope contra las estrellas,  un murmullo de abejorros en la siesta de las plantaciones. 





(El concierto ha concluído, ya Louis se estará cambiando de camisa y pensando en el hamburguer que le van a preparar en el hotel y en la ducha que se va a dar, pero en la sala continúa llena de cronocopios perdidos en su sueño, montones de cronocopios que buscan lentamente y sin ganas la salida, cada uno con su sueño que continúa, y en el centro del sueño de cada uno Louis pequeñito soplando y cantando).

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