"Ah, ¡porqué habré perdido a la compañera de mi juventud! Ay, ¡porqué la habré conocido! Yo diría, eres un necio, siempre buscas lo que no se encuentra. Pero yo la tuve, sentí su corazón, su alma inmensa, en cuya presencia me creía más de lo que era, porque era todo lo que podía ser. ¡Dios mío!, ¿acaso quedó desaprovechada solo una de las fuerzas de mi alma?, ¿acaso no fue ante ella que pude desplegar esa maravillosa sensibilidad con la que mi corazón abarca toda la naturaleza? Nuestra relación, ¿no fue acaso un tejido infinito de finas sensaciones, de una inteligencia aguda, en las que todas sus facetas, hasta la de la malicia, podrían definirse como genialidades?"
(ojalá que no se nos pase el tren; porque si lo perdés, va a tardar mucho para que venga el siguiente...y andá a saber si te voy a seguir esperando en la estación)
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