viernes, 15 de enero de 2010

Hay algo acá que no huele bien; y esta vez no soy yo.

Nena, te estás confundiendo y yo te quería ayudar; el mal camino lo elegiste vos.
No me gusta señalar con el dedo a nadie ni a nada. No quiero lastimarte, pero es inevitable. Yo no quiero pelearme con vos, pero me parece que hay tanta tensión que todo va a estallar. Es una lástima, porque yo voy a cumplir con lo que te dije; pero tampoco me parece la manera en la que me estás tratando, dejemos de lado las amarguras y pongámonos el traje de personas razonables.
No pensés más con toda esa ensalada de sentimientos frustrados que guardás; pensá con la cabeza, porque es muy fácil bardear y después arrugar. Ludmila yo te quiero mucho y no quiero que te lastimen más, yo te ofrezco alguna posible solución y vos la rechazás; es un tema muy complicado y frágil de manejar. Pero estás tan metida en tu propio odio que no sos capaz de ver lo que tenés a tu alrededor; yo sé que hay cosas que hacés que están mal y nunca te voy a deschavar enfrente de nadie porque tengo códigos y porque alguna vez te consideré una de mis mejores amigas.
Ludmila, no tengo la oportunidad nunca y pienso decirtelo por acá porque sabés que las cosas no me salen decirlas en la cara; estamos jugando un juego que desde el principio estuvo mal. Elegimos mal las fichas y los jugadores; hicimos alianzas de humo, las cuales sabemos que hoy están y mañana pueden que no. Sabemos cómo son las personas con las que hablamos; sabés bien quién es blanco y quien es negro. No seas un gris; porque la falsedad nunca es buena, quiero que te sinceres totalmente y no sólo conmigo, con todos. Sabés que decís y hacés cosas que después lo convertís en lo contrario. No está bueno esto que nos tocó, pero de las cosas malas se aprende.
No seas boluda y no te enojes conmigo, arreglemos esta mierda de una vez por todas.

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